Bailemos un vals

    Con una copa en la mano enfrente de ti doy rienda suelta a mis pensamientos que se transforman rápidamente en palabras y brotan como una fuente. No deja de salir agua y más agua, bajo la atenta mirada de tus pupilas enmarcadas en una cara donde la protagonista indiscutible es tu maravillosa sonrisa.

    Tus ojos firmes denotan seguridad y determinación. Tu porte magnífico, con esa camisa blanca y la americana azul marino, es un humilde servidor de tu carácter potente. Estás acostumbrado a llevar a las personas a tu terreno. Eres un luchador nato. Aunque conmigo no lo vas a tener tan fácil. Yo sé dónde están mis límites y voy a llegar allí a donde yo quiera, no al destino marcado por tu deseo.

    Me lanzas miradas sugerentes acompañadas de movimientos elegantes, como si estuvieses bailando un vals. Un vals que me encanta. Un vals al que me uno a bailar contigo con mi vestido largo de color crema. Bailamos juntos disfrutando cada pequeño movimiento, yo notando el calor de tu mano en mi cintura, los dos notando las chispas que emanan del interior de nuestras manos unidas,

    Bailamos, ajenos al mundo que nos rodea, y saboreamos cada nota. Bailamos hasta que la música cesa y, entonces, nos abrazamos. Nos fundimos en un abrazo en el que sentimos el ritmo acelerado del corazón del otro. Con mi mejilla apoyada en la tuya, aspiro el aroma de tu cuello mientras tú acaricias los mechones de pelo que reposan en mi nuca. 

Foto: pixabay


Comentarios

Entradas populares de este blog

Converses vora el foc

Un café muy deseado